PERIODISTA INDEPENDIENTE

domingo, 27 de abril de 2014

BRUTOS, TERCOS IGNAROS Y NOS AYUDAMOS.


Mientras sigamos con la necedad de que Santos es el culpable de la desgracia nacional y no leamos la historia anterior bañada con sangre y peor en corrupción no hay nada que hacer, acepto que unos pelagatos sin escuela de nada sigan mostrando al presidente como a satanás, pero que lo hagan personas con alguna escuela y que en lugar de insistir en el retiro obligatorio de la reelección por haber sido un acto criminal en contra del país, no estamos haciendo nada.

En presidentes no hay uno solo para defender, todos han sido sátrapas y negreros, algunos han gozado de las mieles de su cultura, pero jamás en beneficio del pueblo, somos zarrapastrosos sin remedio y serviles por vocación y lo demostramos, MERMELADA es término SATÁNICO, es corrupción absoluta, es robo al erario, es compra de conciencias zombis para reelegirse y hacerle más daño a la nación, no somos democracia, no tenemos democracia, somos peleles de los gringos que manipulan las economías como se les antoja con serviles de alto turmequé y con apellido y son felices.

Tenemos que reelegir a SANTOS, entre la delincuencia política oficial es el que más tiene poder y lo va a utilizar, si permitimos una segunda vuelta nos va costar otra montonera de millones que el pueblo necesita, no seamos estúpidos, ninguno de los postulados sirve y ellos se eligen, nosotros qué?... diga lo que diga de esos sujetos usted cree que les importa?, tienen toda la plata del mundo para ir donde quieran y usted y yo que?...gritando guevonadas inútiles en cambio de ir creando conciencia social ciudadana?. Bueno, cada uno…

tomado del TIEMPO:

"El presidente Santos salió a defender la mermelada que tanto él como Uribe han repartido de manera pródiga. Según Santos, la mermelada permite a los parlamentarios cumplir un papel útil al llevar a sus regiones inversiones necesarias. Esto es cierto en algunos casos, pero no en muchos otros. Y la mermelada ha llegado mucho más allá de sus ‘justas proporciones’, contribuyendo a un desperdicio monumental de recursos públicos, a la corrupción y a la perversión de las prácticas políticas.
El enmelocote en que se ha convertido la elaboración del presupuesto es en parte responsable de la mala calidad de las carreteras, la educación y la salud en Colombia, así como del atraso rural, la falta de prevención de los desastres naturales y la desprotección de nuestras riquezas naturales. La mermelada es la sustancia que aceita el circuito corrupto entre contratistas locales y parlamentarios (yo financio tu campaña y tú me pagas con contratos), que ha degradado tanto la calidad del Congreso y de la política. Es una apropiación privada masiva de los fondos públicos. No es un fenómeno nuevo, pero sí un cáncer que ha hecho metástasis, que es indispensable extirpar antes de que acabe con nuestra democracia".

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