Muchos presos y pocas cárceles, muchos comunicadores y pocos
medios, el periodismo se volvió un escampadero de modelitos descerebrados con
mucha cola o cara, respetable el deseo de aparecer o vivir, pero no lo hagan en
un espacio que es la voz social sagrada de los que no tienen voz, hemos
olvidado la "conditio sine qua non" que para ser periodista se necesita vivir
del periodismo y para el periodismo, no es periodista todo aquel que tiene acceso
a un periódico o es hijo del dueño, caso “facho Santos”, estamos llenos de
doctores que no teniendo otra oportunidad o después de perder las elecciones se
escampan como “periodistas”, hecho que convierte esa noble oficio en la zona de
tolerancia para los desplazados de la economía o las elecciones.
Lo dicho sin menosprecio y reconocimiento de los
intelectuales que hacen radio, columnas, notas y expresan opiniones sin pretensiones
de periodistas, sino como ciudadanos cultos, responsables con la suficiente
autoridad para hacerlo sin vender sus principios al mejor postor, contribuyendo
de esta manera en la formación de sociedad y comunidad.
La primera experiencia que debieran recibir los currinches,
principiantes de periodistas es que para serlo, se necesita unos mínimos de
independencia económica, periodista que vive de la noticia es un esclavo de
ella y sus patrocinadores, es decir no es periodista es un altoparlante de los
patrones o lo acepta o calla o sencillamente no sirve en el oficio y punto.
Duele ver la cara de bufones estrato seis de algunos mal
llamados periodistas de coctel y festines oficiales, su oficio no es otro que
asistir a aplaudir al jefe de turno y buscar el momento para pegarle el
sablazo, olvidan que el periodismo es un apostolado sagrado y que ser amigo de
los patrones y compartir con ellos, es ser traidor al oficio, con la boca llena no se habla.( los jueces no brindan con los reos ni comparten manteles).
Triste ver los cargaladrillos verdaderos periodistas y
trabajadores ganando un mínimo y mancillados clamando un “premio” hecho para
pagar favores estafando el presupuesto, mientras los doctores amigos del poder
y los medios ganan millones por repetir lo que el reportero les entrega
producto de su sacrificio personal, investigaciones y riesgo.
Antes de meterse a
periodista consiga de que vivir y haga respetar su dignidad, no mancille la
profesión de los historiadores de la realidad actual, no seamos cómplices del
latrocinio, la humillación, la sangre, el luto, la violencia, la orfandad y viudez
por culpa de nuestro silencio, si no es capaz, busque donde hacer lo suyo, no
en el periodismo que es la luz que aclara las tinieblas de la miseria social
humana, tapar el robo al erario y no denunciar la incapacidad de nuestros
dirigentes es ser sencillamente complices de todos los delitos.
El periodista para serlo no necesita universidad, necesita
calidad intelectual, mucha lectura, mucha información, mucha independencia, hoy
vemos como de perifoneadores de almacén salen a las emisoras y de allí a
periodistas, lo que importa no es lo que dicen, es lo que callen.
La humillación que vive el periodismo en el Caquetá y el
maltrato que recibe es solo culpa de los mismos periodistas que no hacen
respetar su valor profesional y académico humanístico y se someten al poder de
mandatarios sin escrúpulos que aprovechan esa debilidad para exigir oído a sus
criminales propósitos, un abrazo periodistas: a mis mas relacionados, Norberto Hurtado
Cedeño, Ancizar Hurtado, Alvaro Peralta, Herley Ramírez. Yolanda González
Salguero, Juan Pablo Sánchez, Juan Benito
Rondón, Mederin Moreno y demás jóvenes con quienes no tengo relación directa,
pero si mucha esperanza, amigos de RCN y Cristalina y demás medios, un abrazo.
Harvey, al periodismo le pasó lo mismo que a la educación: se volvieron bolsa de empleo y cuando se llega a eso, ¡apague y vámonos!
ResponderEliminarHarvey. quien ha estado haciendo comentarios a sus escritos es Fernando Bedoya Londoño con quien se puede comunicar por medio del correo mariofernandobedoya@hotmail.com. Espero que se comunique conmigo para desatrasar cuaderno.
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